MISTERIOS GLORIOSOS Días Asignados: Miércoles y Domingos 1. La gloriosa resurrección del Hijo de Dios Cita Bíblica: Mateo 28, 1 - 2. 5 - 7 El triunfo de Jesús. Es el primer día de la semana y las mujeres quieren hacer el último servicio al Señor: ungir su cuerpo. Y se encuentran con algo más de lo que podían esperar: el sepulcro vacío. Cristo ha vencido a la muerte y queda así culminada la redención. 2. La ascensión del Señor a los cielos Cita Bíblica: Lucas 24, 50 - 53 La llamada al apostolado. Jesús ha estado con sus discípulos cuarenta días para darles la alegría de su compañía, y las últimas instrucciones. Pero llega el momento de la despedida, es el momento de actuar, de llevar el mensaje de Cristo por todos los rincones del mundo. 3. La venida del Espíritu Santo sobre el Colegio apostólico y María Santísima Cita Bíblica: Hechos 1, 8 El comienzo del caminar histórico de la Iglesia. Los apóstoles se quedan en Jerusalén esperando la venida del Espíritu Santo, y María, en medio de ellos, les enseña a perseverar en la oración. La Iglesia había sido fundada por Cristo, para hacer presente a Dios en medio de los hombres a lo largo de toda la historia. 4. La asunción de Nuestra Señora en cuerpo y alma a los cielos Cita Bíblica: La esperanza del cielo. Tú, María has sido creada por Dios como la más excelsa de las criaturas, y ahora el Señor no ha querido que tú, su Madre Santísima, conocieras la corrupción del sepulcro, por eso te abre las puertas del cielo. Eres así nuestra esperanza más firme, porque nos muestras un anticipo de lo que será nuestra resurrección gloriosa. 5. La Coronación de María Santísima como Reina y Señora de todo lo creado Cita Bíblica: La intercesión de María. Padre, Hijo y Espíritu Santo han salido a tu encuentro para coronarte, porque eres Reina de cielos y tierra. Ante ti, María los ángeles y los santos te colman de su alabanza, porque eres Hija de Dios Padre, Madre de Dios Hijo, Esposa de Dios Espíritu Santo, Templo y Sagrario de la Santísima Trinidad. Por eso, porque eres la omnipotencia suplicante, acudimos a ti María, sabiendo que no vas a desechar nuestras súplicas, Virgen gloriosa y bendita.