NOVENA A SAN FRANCISCO DE ASÍS Día primero: Míranos, Señor. Nos hemos congregado en tu nombre. Queremos honrar a tu siervo Francisco de Asís y aprender de él tus caminos. Que su ejemplo nos confirme en la fraternidad, en la obediencia a la santa Iglesia y en la fe católica. Que hagamos de nuestro hogar una pequeña iglesia donde reines Tú, Señor, y donde te amemos hasta que consigamos los premios eternos. Amen (Cada día: Medita brevemente y pide la gracia que desees alcanzar. Se termina rezando tres veces el Padre nuestro). Día segundo: "Omnipotente, eterno y misericordioso Dios: Ilumina, te ruego, las tinieblas de nuestra mente, danos una fe recta, una sólida esperanza y un amor perfecto. Haz que te conozcamos, ¡Oh Dios!, para que todo lo hagamos conforme a tu verdadera y santa voluntad…" Que hagamos del Evangelio nuestro camino de vida, nuestra norma de comportamiento. Día tercero: "Mi Dios y mi todo. ¿Quién eres Tú, dulcísimo Dios y Señor mío? Te entrego todo mi corazón y todo mi cuerpo, y ardientemente anhelo darte más, si supiera qué más darte. ¡Cuánto quisiera amarte, santísimo Señor mío! Día cuarto: "Virgen, Santa María, en el mundo jamás ha nacido mujer que se te parezca, hija y Esclava del Rey Altísimo, Madre de nuestro Señor Jesucristo, esposa del Espíritu Santo… Santa Madre de Dios, dulce y hermosa, ruega por nosotros al Rey entregado a la muerte, tu Hijo Jesucristo, que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén". Que el evangelio transforme nuestros pensamientos y obras y seamos un anuncio vivo en medio de las realidades temporales. Día quinto: Omnipotente, altísimo, santísimo y sumo Dios, Padre santo y justo, Rey de cielos y tierra. Gracias te damos por ser tú lo que eres. Porque por tu santa voluntad, por tu hijo muy amado, en el Espíritu Santo, creaste todas las cosas, espirituales y corporales. Porque nos creaste a imagen y semejanza tuya. Haz que a Ti siempre devolvamos todo bien. Que nos comprometamos en un servicio sincero, desinteresado y en una lucha justa por los hermanos que sufren las consecuencias de la marginación. Día sexto: Tú eres santo, Señor, Dios único, que haces maravillas. Tú eres fuerte, Tú eres grande. Tú eres omnipotente, Tú eres Padre santo, Rey de cielos y tierra… Tú eres caridad y amor. Tú eres sabiduría. Tú eres humildad. Tú eres paciencia. Tú eres gozo y alegría. Tú eres justicia y mansedumbre. Que caminemos por el camino pascual de la renuncia, de la lucha generosa, del servicio sacrificado. Día séptimo: "Jesucristo, Señor mío, gracias te doy por tanto amor y caridad como me estás mostrando, pues señal es de gran amor el que mi Señor castigue bien a tu siervo en este mundo por todas sus faltas para que no sea castigado en el otro. Quisiera darte gracias por todo bien como te lo mereces, oh Dios vivo y verdadero, que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén". Danos, Señor, el espíritu apostólico de San Francisco de Asís, para que seamos miembros activos en nuestro ambiente en la evangelización. Día octavo: Altísimo, omnipotente y buen Señor, tuyas son las alabanzas, la gloria y el honor y toda bendición. A ti sólo, Altísimo, se deben.. Loado seas, mi Señor, por todas tus criaturas, especialmente por el hermano sol…Loado seas, mi Señor, por la hermana luna y las estrellas; en el cielo las formaste claras, preciosas y bellas. Alabad y bendecid a mi Señor y dadle gracias, y servidle con humildad. Danos, Señor, corazones generosos, valientes, para que a ejemplo de San Francisco, vivamos con alegría y esperanza nuestra fe. Día noveno: Padre de bondad, te damos gracias por el don de San Francisco al mundo. ¡Loado seas, Señor, por todas las maravillas que has hecho en tu humilde hijo Francisco! Haz que sepamos imitar el amor apasionado de Francisco a tu Hijo Jesús, su disponibilidad total a la acción del Espíritu, su pasión por el Evangelio, su opción radical por la pobreza, su respeto por todas las criaturas. Que a todos, Señor, llevemos con la vida el mensaje de "Paz y Bien".